Las historias de Dioses Mitológicos, siguen cautivándonos hoy, tal y como lo hacían hace siglos. sus peculiaridades y matices, no solo nos dan una idea de nuestro pasado, sino que, para muchos, le da significado al mundo que conocemos hoy en día.

¿Qué misterios esconden entonces estas diosas? Acompáñame a conocerlo.

Atenea: La Diosa de la Sabiduría y la Guerra Justa

Atenea es sin lugar a dudas una de las diosas más poderosas que existieron. Ella simboliza la inteligencia, la planificación en la guerra y la creatividad. Se dice que nació de la cabeza de Zeus y ha encontrado un lugar en la mitología griega siendo una de las deidades más veneradas.

Presenta una serie de características que la hacen única. Se trata de una diosa virgen, que significa también independencia y así, la sustitución de la pasión por el saber.

Atenea no es una guerrera, sino que también es una estratega (y este hecho la distingue de otras deidades de la guerra como Ares que representa la furia, la terribilidad y la destrucción y a los que sobran muchos guerreros). Atenea se encuentra asociada a la guerra justa, la guerra que se desarrolla a partir de una sólida razón, con un buen objetivo o a través del uso de una mente que persigue objetivos nobles.

No solo tiene el dominio sobre la guerra, sino que también es la diosa patrona de la sabiduría, de las artes y de la justicia. Con Atenea se relacionan distintos oficios, con los que el ser humano se reconcilia con la naturaleza. Oficios fundamentales para la civilización griega, como la agricultura, la cerámica o la arquitectura, los cuales son ejemplos de la herencia de la diosa, tan grande es su influencia que la ciudad de Atenas (una de las polis más célebres de la Antigua Grecia) lleva su nombre.

Artemisa: La Diosa de la Caza y la Naturaleza Salvaje

Si Atenea representa la sabiduría y la estrategia, Artemisa, por el contrario, representa la independencia y la conexión con la naturaleza. Esta diosa, patrón de la caza, animales salvajes y la virginidad, es la prototipa de la mujer joven.

Como hermana gemela de Apolo, Artemisa es el nexo entre la luz y la oscuridad. Frecuentemente es representada por un arco y flechas, un ciervo al lado y rodeada de fauna del bosque. 

El poder de Artemisa consiste en atravesar el mundo civilizado y el mundo salvaje, saltando de uno al otro. Es una diosa que disfruta con el valor de la autonomía y la libertad; no se deja contener por las limitaciones de la sociedad.

El elemento protector de Artemisa es también muy importante: es la diosa que era convocada para la protección de las mujeres mientras parían; y también se creía que ésta podía castigar severamente a cualquier amenaza que quisiese castigar la pureza y dignidad de quien se dejase proteger. Por lo tanto, su doble carácter, que combina la ferocidad de la caza con la ternura protectora, la convierte en una figura compleja de las más bellas dentro del panteón griego.

Hera: La Reina de los Dioses y Guardiana del Matrimonio

Reina del Olimpo y esposa de Zeus, Hera, es otra de las diosas más influyentes y respetadas en la mitología griega. Aunque a menudo se la relaciona con la envidia y la venganza, es mucho más que lo que su reputación sugiere. De hecho, es la protectora del matrimonio y la familia, la madre olímpica que encarna todos los aspectos de la feminidad.

La figura de Hera es una gran autoridad. Como consorte de Zeus es reina de los dioses, pero no sólo por ser su esposa. Hera defiende a las mujeres, y sobre todo lo relacionado al matrimonio y a los partos. En una cultura donde el matrimonio y la familia son el eje central, venerar a Hera era importante a fin de asegurarse de que los dioses dieran su visto bueno al matrimonio y que el curso de la vida familiar recibiera la protección divina.

Sin embargo, Hera también es famosa no sólo por su carácter, sino por su predisposición a castigar la infidelidad de Zeus, entonces, si bien es cierto que Hera no se muestra con amabilidad, también permite entrever su autoridad, su determinación; pero, ante todo, Hera no es una diosa que se quede tranquila en la sombra, sino que lucha por lo que entiende que debe ser así y no tarda en atacar al rey de los dioses en cuanto es consciente de que ha sido agraviada. 

Afrodita: La Diosa del Amor y la Belleza

En la mitología se dice que Afrodita nació de la espuma del mar simbolizando la belleza y la naturaleza. Ella es la diosa de la fertilidad y el amor. Su poder es distinto al de otras diosas. Su dominio se encuentra en los corazones y deseos humanos ya que nadie puede resistirse a su encanto. 

Aunque encarna el amor Afrodita también tiene un lado más complicado. Su poder puede ser destructivo ya que las pasiones que despierta pueden llevar a la felicidad o al caos. Esto se refleja en muchos mitos donde el amor desencadena guerras y traiciones. 

Esta dualidad hace que Afrodita sea fascinante, ya que no solo representa el amor en su forma pura sino también en su versión más inquietante. 

Perséfone: La Reina del Inframundo y Diosa de la Primavera

Perséfone, hija de Deméter, es importante en la mitología por la representación del ciclo de la vida y de la muerte; su historia, narra el momento en el que es raptada por Hades, el dios del infierno, que la lleva a su mundo aquel, para convertirla en su mujer, la mujer de la muerte, en un reino donde soplan la muerte y la esterilidad. A través del regreso al mundo de los vivos, se produce en su historia la llegada de la primavera y, por tanto, el renacer de la naturaleza.

Pero Perséfone no es sólo una víctima; con el tiempo se convierte también en una reina que reina junto a Hades. Perséfone aprende a moverse de un mundo al otro, del mundo de los vivos, al inframundo; de este modo, llega a adquirir un tipo de singularidad única.

Su historia representa un ciclo que se repite todos los años, el de las estaciones y su capacidad para influir en este equilibrio natural es un reflejo de la conexión entre ella, la naturaleza, los seres humanos. Por lo que es considerada como una figura de la mitología griega, tanto por la complejidad de su personaje como por la potencia que ella representa. 

Conclusión

En un mundo que todavía debate el rol de la mujer, las diosas griegas nos ofrecen un espejo. Nos enseñan que la feminidad no es un ideal lozano, sino un catálogo de opciones. Desde la leal guerrera Atenea a la bella Afrodita, nos muestran la necesidad de rescatar facetas de nosotras que es posible que habríamos olvidado.