En la extensa mitología griega, pocos personajes logran tanta importancia como la de Hera el papel que alcanza Hera. Su papel como Diosa del Olimpo y deidad del matrimonio la hizp figurar en diferentes mitos popularizando su influencia. 

Su fuerte personalidad, acompañado de su rol de doncella, le dan un toque particular a este personaje, que ha logrado cautivas a historiadores a lo largo del tiempo.

En esta ocasión profundizaremos sobre este personaje, su fuerza e influencia en la mitología griega.

Hera en la mitología griega: Reina y esposa

En la Mitología Griega, Hera es la Reina de los dioses y Esposa de Zeus. Es la Hija de Cronos y Rea, que son personajes fundamentales de la mitología griega. Hera es una de los cinco hijos que Cronos devora para no ser derrocado por ellos. Pero Zeus, el hermano menor de HERA, puede escapar y finalmente derrocar a Cronos, ascendiendo al trono de los dioses del Olimpo.

Como Reina del Olimpo, Hera tiene una gran importancia en el orden de los dioses. Todos los dioses han de caer bajo su voluntad y no pueden hacerse enemigos del deseo del Rey de los dioses. Esta dicotomía indica la importancia del matrimonio que tiene lugar, que es sagrado en la religión griega. Aparte de ser la diosa del parto y de la maternidad, la relación entre los dos no era fácil; frecuentemente ambos llevaron cuitas que se reflejaban en el comportamiento conjunto de los dioses.

El matrimonio entre Zeus y Hera implica poder y las cuitas de todo matrimonio. A pesar que los dioses de la mitología son pareja real y tal, están marcados por celos y cuitas que los sitúan en cualquier mundo como deidades o como mortales. Por tanto, el primer indicativo de que había algún problema estaba en la fuerte cuita entre Zeus y Hera, aspecto que presagiaba un reinado problemático para el futuro. Esta versión intentando ser más clara y más concisa puede ayudar a entender el papel de HERA en la Mitología. 

Poder e influencia de la reina del Olimpo

Además de ser reina del Olimpo, un puesto importantísimo en el consejo de los dioses. La voz de Hera resonaba con fuerza en las decisiones de los dioses y estaba asociada a la astucia y a la inteligencia. 

Hera combatía a Zeus y a los otros dioses en esos mitos en los que se tocaban sus intereses o valores morales. Un ejemplo claro de este poder e influencia que tenía era la guerra de Troya. Según la leyenda, Paris (el príncipe de Troya), cuando tuvo que decidir entre Hera y Afrodita (que contendían para obtener su favor como la más bella), eligió a Aquélla en detrimento de esta última, lo que provocó la ira de Hera, que juró destruir Troya. 

Hera sí que tenía poder e influencia: pudo inclinar incluso el conflicto hacia los griegos, tratando de manipular a otros dioses para que apoyaran su causa. Este mito deja a las claras no sólo la rabia de Hera cuando era despreciada, sino también su capacidad para intervenir y variar el curso de los acontecimientos (divinos y mortales). 

Algunas de las leyendas más importantes de Hera

Este fue un personaje fundamental de muchas de las leyendas de la mitología griega, algunos reflejan la naturaleza compleja que mezcla justicia, venganza y devoción. 

Entre las más conocidas están: 

El nacimiento de Heracles

Uno de los mitos más populares en los que Hera no es solo el enemigo de Heracles, sino también protagonista, es el nacimiento del héroe más famoso de la mitología griega. Zeus, fiel a su estilo de infidelidad, tuvo a Heracles con una mortal, Alcmena. 

Enojada por este acto de infidelidad, Hera envió serpientes a la cuna de Heracles mientras dormía como un recién nacido para matarlo. Sin embargo, el niño se despertó y retorció las serpientes con sus propias manos. 

En la medida que fue su mayor adversaria en vida, fue también de alguna manera quien también lo promovió a ser héroe. No perdamos de vista que su odio tuvo como resultado que pasara pruebas de suma dificultad, el mismo de los doce trabajos, lo que le permitió hacerse un héroe inmortal.

El mito de Ío

Como a tantas otras de sus amantes, Zeus también utilizó a Ío. Sin embargo, en cuanto Zeus se dio cuenta de que ya no podía ocultar su relación, la convirtió en una vaca, queriendo hacer creer que era Hera.

Pero la siempre inteligente Hera pronto descubrió lo que ocurría con su vaca regalo, y sospechó incluso del propio Zeus. Por eso, pidió a Argos Panoptes, el gigante de los cien ojos, que vigilara a Ío y no permitiera que escapara. Aunque Zeus envió a Hermes para salvar a Ío, y solo después de que pidiera misericordia, Hera finalmente dejó en paz a Ío, quien pudo volver a su forma humana sin más dificultades. 

El juicio de Paris

El relato del Juicio de Paris Hera fue una de las tres diosas que competían por ostentar el bellísimo título de “la más hermosa”. Con el objetivo de que Paris optase por su belleza frente la de Atenea y Afrodita le prometió que le convertiría en el rey más poderoso del mundo. 

París eligió a Afrodita (quien le prometió el amor de la mujer más guapa de la tierra: Helena de Troya). Por lo tanto, la furia de Hera, deseosa de vengarse de la ciudad de Troya, se consideró una de las razones que finalmente llevaron a su destrucción.

Hera y los mortales

Aunque es cierto que Hera destaca por las luchas mantenidas con los dioses y por las luchas con las amantes de Zeus, tuvo también un espacio en la época en la que su culto se encontraba muy afianzado, sobre todo como diosa del matrimonio. En la mitología griega el matrimonio era considerado como una institución más bien sagrada, así Hera, como diosa del matrimonio y la fecundidad, era venerada por aquella unión.

Las mujeres sobre todo la invocaban para pedir su bendición para sus familias y matrimonios. Era muy frecuente que Hera recibiese honores en las festividades propias del matrimonio, y su intervención encontraba consagración en las ceremonias de las bodas. Para los griegos era no sólo una diva de gran poder del Olimpo, sino que también era la guardiana de las relaciones familiares, de aquellas instituciones que mantenían la cohesión del pueblo. 

Influencia cultural y legado

La importancia e influencia de Hera van más allá de la mitología griega. A lo largo de los años su imagen ha sido objeto de estudio e interpretación en épocas diferentes. 

En el arte y la cultura griega antigua Hera era una diosa poderosa y era representada, a menudo, con una corona y un cetro que símbolos, al mismo tiempo, de su autoridad como reina del Olimpo. 

Los templos y celebraciones en su honor eran prácticas religiosas habituales, sobre todo en Argos, uno de los centros principales de su culto. Hoy en día, Hera sigue siendo un símbolo de poder de las mujeres, así como de la justicia y de la maternidad. 

Su carácter puede ser descrito como celoso, pero su complejidad la convierte en uno de los dioses más ricos del panteón griego, lo que se convierte en un personaje atractivo en la mitología y en la literatura actual. No influye, por tanto, sólo en los mortales sino también en las grandes historias que forman la mitología griega cuyo legado garantiza que permanezca. Desde esta perspectiva Hera permanece siendo un símbolo en la que se encuentran la fuerza y la devoción.