¿Quién es Coatlicue?
El nombre de esta deidad, se traduce como “La que tiene la falda de serpientes”, es un personaje importantísimo y una figura relevante de las historias de la tradición de la cultura azteca, que además de ser un símbolo de la vida, del crecimiento, es también el símbolo de la muerte y de la transformación.
De este modo, Coatlicue materializa los arquetipos de la naturaleza dual de forma fundamental: la madre del Sol y del dios de la guerra Huitzilopochtli, la madre de la diosa lunar Coyolxauhqui, Coatlicue realizada y constituida por y a partir de lo que se genera y de lo que se consume, uno de los grandes personajes del sistema de creencias mexica.
Su simbolismo representa la vida que simboliza y la muerte que acarrea, todo al mismo tiempo que representa la armonía y la regeneración del cosmos.
La historia de Coatlicue
Las narraciones y los mitos que hacen referencia a Coatlicue nos aportan un notable entendimiento de las visiones y principios aztecas en torno a la génesis, la ofrenda y el eterno ciclo de la vida y la muerte.
Coatlicue y el nacimiento milagroso de Huitzilopochtli
“El mito más famoso de Coatlicue es sin duda el cuento que la convierte en la Madre de Huitzilopochtli” Cumplió importantes deberes sagrados para las deidades. Un día, mientras limpiaba, tropezó con una bola de plumas que había caído del cielo
Al descubrir que su descendencia mayor, Coyolxauhqui y los cuarenta dioses de las luminarias del sur, estaba embarazada, sus sentimientos se transformaron en vergüenza. La gente pensaba que el padre del niño era una deidad misteriosa y planeaba matar a Coatlicue. Los hermanos, encabezados por Coyolxauhqui, se dirigieron al cerro de Coatepec para llevar a cabo su plan.
El nacimiento de Huitzilopochtli y la derrota de Coyolxauhqui
Esta constituyó una historia llena de simbolismo y de violencias. En el momento de la aproximación de los enemigos, Coatlicue da a luz a su hijo Huitzilopochtli, quien nace y está listo para la lucha. Desde el momento de su aparición, Huitzilopochtli es un guerrero hecho y derecho: lucha contra su hermana Coyolxauhqui. Hace caer a su hermana y le arrebata la vida, convirtiendo a los Guerreros de la Luna de las Cuatro Noches en astros.
Esta confrontación no es tan sólo una batalla; ella representa una lucha cósmica entre luz y oscuridad. De esta manera, Coatlicue tiene el papel protagónico de diosa madre, que permite el equilibrio entre el Sol y la Luna y el orden del cosmos.
El sacrificio y la fertilidad de Coatlicue
Además de desempeñar su función como diosa creadora del cosmos, Coatlicue es también considerada como una diosa que exige el sacrificio para alcanzar el equilibrio. Como representativa de la tierra, da vida a todas las bestias, pero también las quiere de vuelta al final sus vidas. Esto concluyente, pues refleja una de las visiones del mundo mexica, es decir, que la fertilidad y la muerte están íntimamente unidas.
Relaciones de Coatlicue con otros personajes de la mitología azteca
Coatlicue e Huitzilopochtli
Como madre de Huitzilopochtli, Coatlicue fulmina, protege y da luz. Su embarazo milagroso no solo es el milagro de engendrar al dios del sol, sino que también proporciona el equilibrio gracias a su hijo que, al vencer a las fuerzas de la oscuridad, representadas por Coyolxauhqui y los Centzon Huitznahua, es capaz de lograrlo.
Coatlicue y Coyolxauhqui
La relación que hay entre Coatlicue y su hija Coyolxauhqui es trágica y compleja. Coyolxauhqui sintiéndose traicionada decide levantarse contra su madre a pesar de ser vencida por su hermano. La lucha entre madre e hija es la lucha entre día y noche, y es Coatlicue el espacio donde se dan esa lucha sin fin.
Coatlicue y los Centzon Huitznahua
Como madre de los Centzon Huitznahua, Coatlicue también está vinculada a las estrellas del sur. Su derrota a manos de Huitzilopochtli simboliza la dispersión de las estrellas ante la llegada del amanecer, un ciclo cósmico que ella hace posible como madre tierra.
Importancia cultural de Coatlicue
Coatlicue no solo ocupa un lugar importante en la mitología, pero, además, tiene un impacto importante en la cultura y el arte. Su simbolismo ha traspasado el tiempo, siendo un recordatorio de la conexión entre los humanos y la naturaleza.
Representación artística de Coatlicue
Esta escultura de la divinidad corresponde a su representación más conocida, fue ubicada en el foco del centro ceremonial de Tenochtitlán, mostrándola de gran tamaño y con una falda de serpientes, un collar de manos, corazones humanos y dos serpientes en lugar de cabeza, dado que la sangre va fluyendo en forma de serpiente de la decapitación.
Esta escultura muestra la dualidad de Coatlicue; su poder de ser progenitora de vida; su capacidad para consumir y transformar. Así, este terrible y a la vez majestuoso aspecto representa la verdadera figura de Coatlicue que la define como figura principal de la mexica.
Rituales y ceremonias dedicadas a Coatlicue
Coatlicue era honrada en ceremonias que celebraban la fertilidad y el sacrificio. Las ceremonias eran una forma de garantizar la continuidad de los ciclos naturales, desde los ciclos de la agricultura hasta la propia vida. Los aztecas pensaban que el sacrificio humano era una de las fórmulas para hacer alimentara a Coatlicue y darle equilibrio al cosmos.
Legado cultural e influencia moderna
En la actualidad, Coatlicue sigue siendo un símbolo de la riqueza cultural de México. Su imagen y su historia inspiran obras de arte, investigaciones académicas y movimientos que buscan reconectar con las raíces indígenas del país. Coatlicue nos recuerda la importancia de respetar y honrar la naturaleza como fuente de vida y transformación.
Conclusión
Coatlicue, la diosa madre tierra, una deidad que simbolizaba la dualidad y la conforme la cosmoviviencia azteca puede definirla su significado como dadora de vida y portadora de muerte la convierten realmente en una diosa que nos ha trascendido, una deidad que contribuyó a unir a las personas con los ciclos eternos de la tierra.
Su legado lo podemos leer en la escultura monumental que recibe su mismo nombre propio y en los mitos que nos narran su historia, que a su vez siguen constituyendo un testimonio de que las cosas se crean y pueden destruirse y también que es necesario encontrar un equilibrio en todas ellas. En Coatlicue, el pueblo azteca encontró la diosa que simbolizaba tanto la esperanza como la aceptación y un elemento muy propio para navegar por los misterios de la vida.
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