Entre los muchos dioses aztecas, uno de ellos se eleva por encima de los demás por su importancia y poder. Ese es Huitzilopochtli, la deidad principal en la cultura azteca, el cual no sólo es el dios del sol, sino de la guerra.
En una sociedad guerrera como lo fue la azteca, Huitzilopochtli, era un líder y feroz guerrero al cual seguir. Se creía que él llevaría a su pueblo, los mexica, a la tierra prometida, y su importancia fue tanta que se le considera como uno de los dioses creadores para los aztecas.
¿Quién es Huitzilopochtli?
Huitzilopochtli es reconocido como el principal de ellos. Un dios con forma de un poderoso y joven guerrero con la gran particularidad de tener la piel azul, y hacer de su nombre su vestimenta. Porque su nombre quiere decir colibrí zurdo.
Es común ver imágenes de este, con un colibrí en sus ropas. Además, el colibrí es famoso por ser su espíritu nahual. Un dato interesante, es que su culto proviene de Tenochtitlán. No hay otros dioses similares a éste en el resto de las culturas mesoamericanas.
Huitzilopochtli es un dios muy rápido y ágil. Es ilustrado como un guerrero con armadura, y que, con sus poderosos dardos azules, muestra su fuerza y puntería. También tiene un escudo de plumas, y siempre tiene consigo a Xiuhcóatl, la cual es un arma-serpiente que le obedece sólo a éste.
La historia de Huitzilopochtli
Según la mitología azteca, se narra que Huitzilopochtli es el hijo de Ometéotl. Esta divinidad antigua tenía una dualidad divina, una parte femenina y otra masculina. Ella no era muy reconocida entre los antiguos aztecas, apenas se le mencionaba en ciertos poemas de la nobleza. Aun así, donde se le mencionase se conocía que era la deidad de la cual todo provenía.
Curiosamente esta deidad tenía tanto una parte masculina, como una femenina. Siendo una representación directa del todo, y de la dualidad divina. Además de Huitzilopochtli, de esta nacieron otros tres dioses, que justamente representan a los puntos cardinales en el universo. Cada uno de los hijos de esta, obtuvo su puesto en alguno de estos puntos, siendo el caso de Huitzilopochtli el que obtuvo la región sur.
Otra historia sobre su origen narra que su madre fue Coatlicue. Esta diosa que es la diosa de la fertilidad y madre tierra, estaba barriendo en la montaña de la serpiente o el cerro Coatepec. En eso, pudo encontrar una pelotilla de plumas. La diosa decidió tomar esta pelotilla bajo su manto, con ello quedó embarazada.
El embarazo fue considerado como deshonroso por Coyolxauhqui, que era otra hija de la diosa. Su enfado fue tal, que pidió a sus hermanos, matar a su madre para impedir el nacimiento. Si bien, Coatlicue se asustó por tal sentencia, Huitzilopochtli la calmó desde su vientre, pidiéndole tranquilidad. Los hermanos fueron en contra de su madre, sin embargo, para ese momento Huitzilopochtli ya había nacido.
Huitzilopochtli que había nacido para la guerra, enfrentó a su hermana y al resto de sus hermanos. Venciéndolos así, y estableciendo su poderío ante los demás dioses. De acuerdo a esta versión, Huitzilopochtli es considerado el dios del sol, porque al haber matado a su hermana, la convirtió en la luna, y él tomó el lugar del sol.
Aunque la lucha entre estos hermanos nunca parece acabar, porque hasta el día de hoy se dice que todos los días ellos se pelean. El día y la noche, compitiendo por ver quién domina el mundo de los humanos.
También existe otra versión alternativa de su origen, en donde se explica que como Huitzilopochtli era parte de los cuatro primeros dioses, ellos fueron los encargados de dar vida a la tierra. A cada una de las cosas que habitan en este mundo. Según esta versión Huitzilopochtli fue el responsable de prender una hoguera, la misma que se convertiría en un medio sol por Quetzalcóatl.
La importancia cultural de Huitzilopochtli
Era adorado en Tenochtitlán, y según se cuenta en realidad esta ciudad fue fundada por él mismo, por el gran dios colibrí. Se ha documentado que tenía un templo propio en la cima del Templo Mayor, en donde se le rendían honores junto a Tláloc, que por igual es considerado como un dios importante.
Del mismo modo, se conoce que su templo estaba localizado en el sur. Encargándose así de marcar al solsticio de invierno, así como marcando a la mismísima temporada de guerra. Otro dato interesante de este dios azteca, es que los escalones de su templo, solían ser representado pintados de rojo.
El color hacia referencia a la sangre, puesto que para esta deidad los sacrificios de sangre, eran una parte importante de su culto. Tal cual narraba la leyenda y como Huitzilopochtli hizo a su hermana, a los sacrificios humanos se les decapitaba o sacaba el corazón. Estas personas podían ser seleccionadas por los mismos sacerdotes, siendo comúnmente, presos de guerra.
Una forma menos sanguinaria de rendirle tributo ocurría en la ceremonia de Panquetzalitztli. En esta ceremonia a Huitzilopochtli se le festejaba. Esto se lo hacía al llevar una efigie de amaranto con su imagen al templo mayor, también esta travesía era acompañada de comida.
Curiosamente, la ceremonia del Panquetzalitzli llama la atención en el presente por las similitudes que tenía con el nacimiento de Jesús en el cristianismo. Justo en el mes del nacimiento de Huitzilopochtli, que se estimaba era entre el 30 de noviembre y el 18 de diciembre, acontecía esta celebración. Coincidiendo con el solsticio de invierno, y festejando el nacimiento de una figura prioritaria para estos.
Las fiestas del Panquetzalitzli estaban llenas de danzas y cantos, aunque llegaron a su final con la venida de los españoles. Hasta el día de hoy se conoce de esta fiesta, así como se tiene la certeza de que Huitzilopochtli fue la deidad más adorada del Altiplano Central gracias al poderío de los mexicas, o eso hasta los tiempos de la conquista española. La imagen de Huitzilopochtli sigue siendo muy importante en el México actual, tanto así que, en el escudo nacional de México, ese que forma parte de su bandera nacional, hace referencia al dios. Entre los dioses aztecas, su nombre siempre será legendario.
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