Quién fue Diógenes

Diógenes, el fundador del Cinismo, es reconocido como una figura significativa en la filosofía antigua de Grecia. Nacido alrededor del 404 a.C. en Sinope, en la costa norte del Mar Negro en Turquía, Diógenes era hijo de un banquero llamado Hicesias. La historia dice que Diógenes y su padre fueron desterrados de Sinope por dañar monedas, lo que finalmente condujo al surgimiento del Cinismo como escuela de pensamiento.

Enfrentando su destierro, Diógenes se trasladó a Atenas, que era el hogar de muchos filósofos prominentes en aquel tiempo, incluyendo a su maestro Antístenes.

Vida en Atenas

Diógenes, apodado “el perro”, vivió una vida simple y ascética en una tinaja de vino de arcilla en Atenas. Aunque originalmente fue discípulo de Antístenes, su reputación creció hasta eclipsar la de su maestro. Despreciaba la riqueza y la esclavitud, optando por una existencia sencilla y liberada de las convenciones sociales.

El Nacimiento del Cinismo

Diógenes, a pesar de su estilo de vida poco convencional, desencadenó reflexiones profundas sobre la calidad de vida al vivir con simplicidad y sin ataduras sociales. Su enfoque en la búsqueda de la eudaimonia y la claridad mental a través de la vida ascética lo convirtió en un ícono del Cinismo.

Los cínicos creían que la eudaimonia, el bien humano máximo, solo se podía alcanzar viviendo en armonía con la naturaleza y liberándose de las opiniones de los demás. Diógenes no solo enseñaba el Cinismo, lo encarnaba, lo que lo convirtió en una figura influyente en el mundo de la filosofía.

Cínico Hasta el Final

Se cree que Diógenes falleció en el año 323 a.C. en Corinto. Aunque no se sabe con certeza cómo murió, se erigió un monumento en su supuesta tumba como homenaje a su legado filosófico. Diógenes solicitó, en vida, que una vez fallecido le dieran un palo para espantar a los animales que se alimentaran de su cuerpo si era arrojado fuera de la ciudad.

La filosofía y el ejemplo de vida de Diógenes influyeron en generaciones posteriores, trascendiendo su era y consolidándolo como una figura emblemática del Cinismo en la historia de la filosofía griega.