La mitología griega está llena de personajes muy, muy interesantes, que determinan la historia de los grandes acontecimientos del cosmos, y que no dejan de tener su importancia en los relatos legendarios de héroes y dioses. 

Es precisamente en las leyendas de héroes donde encontramos a una de las diosas más importantes del mar, es decir, la diosa Tetis. A menudo recordada por su papel como madre del célebre Aquiles, Tetis nos parece ser, no ya sólo una madre, sino una diosa que posee un notable dominio sobre el destino, el mar y el desarrollo de los acontecimientos mitológicos de la mitología griega.

¿Quién es Tetis?

En la mitología, Tetis figura como uno de esos personajes que se consideran a las cincuenta nereidas o a las hijas del anciano dios marino Nereo y de la oceánide Doris, todas ellas una excelente representación de las ninfas marinas de inmensa belleza y magia; Tetis se cuenta entre las que más sobresalen bajo este aspecto. La gran parte de la importancia que tuvo en las aguas del océano y su emparejado vínculo con el destino de los héroes bien puede tomarse como la tesitura de la figura de Tetis respecto al panteón marino. 

Pero, aunque la historia de Tetis es parcialmente oscurecida, para otros muchos dioses olímpicos; como en el caso de Poseidón o Hera, ella tiene un lugar en la escala que le permite hacer interrelaciones entre dioses y hombres.  Gracias a ella, podemos notar que el mar no fue sólo un espacio geográfico para las civilizaciones pues conforma, al igual que las representaciones que hace la historia, un símbolo del misterio, del destino y del poder en la mitología.

Tetis y el Mito de la Guerra de Troya

Una de las partes más conocidas de la historia de Tetis es su unión con el héroe griego Aquiles, que también tendrá un papel fundamental en su historia bélica en la hacienda de Troya. Como madre de Aquiles, Tetis fue determinante en la configuración del destino de su hijo, ya que desde que nace su hijo, Tetis parece obsesionada por protegerle del peligro y la muerte. 

Ya que ella sabía, como sabía también mucha de la mitología griega, que el destino era inevitabilidad; pero que eso no fuera motivo suficiente para dejar de intentar cambiarlo. De hecho, Tetis hunde en el Estigia a Aquiles, cuando tan sólo es un niño, una vez más con la esperanza de que sea invulnerable. Ella lo sostiene del talón, una parte del niño que queda vulnerada y a la larga será el campo de una famosa historia al respecto

Esta es la famosa historia del talón de Aquiles, el único punto de debilidad que lo llevará a su muerte. Mito que simboliza no sólo el amor de la madre hacia su niño, sino también la inevitabilidad de la debilidad humana ante el destino. Sabía Tetis que su hijo estaba llamado a la grandeza, pero también a la tragedia.

El Papel de Tetis en la Guerra de Troya

La participación de Tetis a lo largo de la Guerra de Troya permanece presente. En efecto, ella fue la que facilitó la intercesión de aquél ante Zeus, el rey de los dioses, a favor de dicho hijo que había sido agraviado. Cuando Aquiles decidió no continuar participando en la guerra por una disputa que había mantenido con Agamenón, Tetis imploró a Zeus con esta misma pretensión: que dejara que los troyanos avanzaran en la contienda por un tiempo a efecto de que los griegos así pudieran generalizar cuán dependientes eran de la valentía de Aquiles. Tal hecho de intercesión no hace otra cosa que exponer la autoridad que tiene Tetis en la vida de los dioses, así como su agudeza y entendimiento que poseía respecto a la condición humana.

Tetis, por otra parte, fue quien suministró a su hijo la armadura que estaba elaborada por Hefesto, el dios del fuego y la metalurgia, después de que la armadura sustraída por Héctor hubiera sido llevada por este mismo personaje. Tal conjunto de armaduras, sobre todo el escudo de Aquiles, es uno de los más representativos de la mitología griega al simbolizar no sólo al escudo protector de Aquiles, sino también a su destino heroico, siendo uno de esos bellos fragmentos que nos deja la epopeya griega.

Tetis y los Dioses del Mar

Tetis es conocida como la madre de Aquiles, pero además de esa imagen, su importancia dentro de la mitología marina es muy elevada. Como nereida, ella representa la calma del mar, la que protege a los marineros.

Las nereidas eran conocidas por sus intervenciones a favor de los marineros para salvarles de las tormentas o peligros de la tempestad. Sin embargo, Tetis, además de ser una nereida, también está muy conectada con los grandes dioses del mar, como Océano, su abuelo, o Poseidón, su tío, que es el dios de los mares, entre otros.

En diversos mitos, Tetis aparece como una diosa importante, con poderes que le permiten obligar las aguas y los destinos de los que surcan el mar. Aunque no es tan bélica como Poseidón, su poder de intervención y de ayuda se la presenta como una diosa principal del mundo del mar. Además, su carácter cuidadoso, sumado con la gran protección que pone de manifiesto hacia los mortales y hacia los héroes, la convierten en un personaje preocupado y temido.

El Mito de Tetis y Peleo

Otra de las características interesantes de Tetis en la mitología griega es su relación con Peleo, el rey mortal, con quien se casó y fue padre de Aquiles. La historia de su matrimonio es engañosa incluso a los niveles del mito. La hermosa y poderosa Tetis fue perseguida por muchos dioses, gran parte de los cuales también lo fueron por Zeus o Porcino.

Sin embargo, una profecía le había anticipado a los dioses que el hijo de Tetis sería más grande que su padre, por esto mismo Zeus y Poseidón desistieron de cortejarla, temiendo que ese hijo natural como su razón, pudiese destronarlos o bien con el tiempo. En consecuencia, de todo lo expuesto en el mito anterior, finalmente, la entregaron a un mortal: Peleo.

No obstante, Tetis no se mostraba muy satisfecha con la idea de casarse con uno de tantos seres humanos. En algunos relatos ella intenta librarse de Peleo transformándose en varios tipos de animales, entre ellos una serpiente y un león. Al final, Peleo la apresó con la ayuda de los dioses y de la pareja nacía Aquiles, y, en este sentido, el mito ilustra no solo la capacidad de Tetis para traicionar su destino, sino también su relacionamiento difícil con el mundo de los dioses y de los hombres. Era la parte que sobrepasa a los hombres e incluso a los dioses, ella lo había hecho, aun siendo víctima de un matrimonio involuntario con un ser humano que también se la había introducido en sí de su propio hijo, Aquiles.

Tetis y el Destino Heroico

La relación entre la diosa Tetis y el destino heroico es uno de los asuntos más reiterados en su propia mitología de origen; pues al ser elegida madre de uno de los héroes más grandes que ha tenido Grecia, no sólo le fue ofrecido, como era de esperar en los dioses olímpicos, que su hijo pudiera realizar grandes hazañas, sino que además, Tetis tuvo la colocación de ser espectadora del mismo destino que le sería inevitable a su hijo. Tetis va en muchos sentidos a recoger la tragedia de aquellos que a pesar de poseer un poder inmenso ven que no hay forma de poder escapar del destino.

En la mitología griega, los dioses habitualmente jugueteaban con el destino que los humanos eran sometidos, pero también los dioses eran sometidos a sus propias profecías. La madre de Aquiles, como muchos otros dioses de la mitología, intentó romper su propia historia, hasta que tuvo que reconocer el peso específico del destino de su hijo. Esta aceptación va en la línea de uno de los temas más prevalentes de la mitología griega, que es el dilema entre el libre albedrío y el destino preestablecido.

La Influencia de Tetis en la Mitología Griega.

Tetis, la diosa de los mares, es un personaje complejo que representa la dualidad de la existencia humana. En cierto sentido, es madre y querría hacer lo que fuera por su hijo, en cierto sentido es un ser sometido a las fuerzas del destino, incapaz de cambiar el rumbo de los acontecimientos. Su historia nos invita a pensar sobre nuestro lugar en el mundo; somos peones en un juego de grandes dimensiones o somos capaces de marcar nuestro propio destino.